miércoles, 16 de enero de 2008
Entre engimas y tostones
La lista de los libros más vendidos en español nos muestra la patente crisis que arrastra la literatura en el idioma de Cervantes. En España los grandes popes de la literatura, Matilde Asensi, Arturo Pérez-Reverte y Cesar Vidal, copan las librerías amontonando sus obras, mientras los escritores jóvenes tienen que conformarse con los restos de tan suculento banquete literario. Poco a poco, los últimos maestros de la literatura van desapareciendo sin que su lugar sea ocupado por nadie. Camilo José Cela, Gonzalo Torrente Ballester, Francisco Umbral, Fernando Fernán Gómez o Manuel Vázquez Montalbán, dejan huecos en la siempre en crisis literatura española. Únicamente escritores como Javier Marías o poetas como Antonio Gamoneda, son los rescoldos de la alta literatura española. No es de extrañar que el último Premio Nobel de literatura se concediese a Camilo José Cela en 1989. Algo similar ha sucedido con el Premio Cervantes, al que tan sólo le ha salvado de no caer más al otro lado del océano, el gran nivel de los poetas españoles, aunque estos también están desapareciendo poco a poco. ¿Por qué se ha producido esta crisis literaria? ¿No hay escritores de gran calidad en las nuevas generaciones? Una de las causas puede estar en el paulatino fracaso de la llamada generación de los novelistas neorrealistas de la generación de los 90. José Ángel Mañas, reconvertido en escritor de novelas históricas, Gabriela Bustelo que ha vuelto al ruedo literario con su recién publicado libro “La historia de siempre Jamás”, Ray Loriga centrado en su carrera como guionista o Lucía Etxebarria que ha tenido grandes éxitos editoriales pero nunca una obra definitiva. Los nuevos talentos literarios han tenido que refugiarse en las novelas de género, fundamentalmente el histórico, para ir tirando hasta que de nuevo se abran las puertas de “sacro santo” mundo editorial a nuevas historias y nuevos planteamientos literarios. El último escritor reconocido en España tal vez sea Javier Cercas. Entre estos futuros escritores destacar a León Arsenal, ganador del Premio Minotauro y el Premio Ciudad de Zaragoza de Novela Histórica, Juan Eslava Galán, que proviene también de la novela histórica, por sólo destacar a dos de los escritores que han conseguido equilibrar en sus novelas el rigor histórico y el entretenimiento. Ahora que en España se empiezan a valorar los géneros y que cada vez es más común encontrar en todos ellos escritores españoles conocidos falta una crítica seria, que liberada de clientelismos y pedigríes caducos, valore las obras por su calidad, independientemente de su género. Entre enigmas y tostones es tan sólo un tiempo de tránsito hasta que se consolide la nueva generación de novelistas españoles, novelistas que tendrán peso en el ámbito internacional y que habrán superado por fin la transición literaria, incorporándose por fin a la literatura europea.
Mario Escobar
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