martes, 5 de febrero de 2008

LA GENERACIÓN NOCILLA




Nuevos vientos literarios

En mitad del Edén, según narra el relato Bíblico, había un árbol cuyo fruto estaba prohibido a la raza humana. Si algún hombre comía de él, automáticamente se condenaba a perder el paraíso y a conocer el bien y el mal. En medio del paraíso de “Nocilla Dream”, un álamo solitario soporta el fruto de muchos caminos que no llevan a ninguna parte.

Algunos ya hablan de “Generación Nocilla”. Este término, acuñado por Elena Hervia y Nuria Azancot, quiere identificar a una nueva generación de escritores españoles. El acto inaugural, en toda generación debe haber un hecho simbólico, fue el Atlas Literario Español en junio del 2007, donde Seix Barral y la Fundación José Manuel Lara, hicieron de mecenas de la “generación” de iconoclastas y anti-comerciales “jóvenes” escritores. El mecanismo comercial ya está en marcha, cada diez años hay que encontrar un grupo de escritores que alivie la arteriosclerótica literaria española, el libro de Agustín Fernández Mallo como punta de lanza, sirve de coartada para forjar la idea una nueva generación de “escritores rebeldes”.
Los críticos han celebrado la llegada de esta nueva generación que cumple sus expectativas cirróticas, colaborando de esta manera con las editoriales que viven a la sombra de “las vanguardias literarias” y los grandes grupos, que dedican algunos de sus sellos a seguir alimentado la ilusión de la literatura independiente y no comercial.


Miembros de la "Generación Nocilla"

Algunos de los escritores introducidos en la pandilla literaria de los “Nocilla Dream” andan a la gresca para explicar lo que es y lo que no es la “nueva generación.” Vicente Luis Mora, uno de los elegidos, duda de que detrás del marketing del nombre se esconda algo más que humo literario, pero Eloy Fernández Porta, prefiere referirse a la nueva generación como “Generación Afterpop”.
El mundo de los libros observa como poco a poco el mensaje cala en los lectores despistados, siempre a la caza de la última novedad literaria, agotados de la literatura más puramente comercial.

Analicemos algunos de los rasgos que deben definir a una nueva generación. En primer lugar, tenemos el factor de la edad. Lo de “joven generación” suena a chunga cuando la mayor parte de sus miembros pasan de sobra la treintena. El que escribe el artículo, también se acerca preocupantemente a los cuarenta y joven, lo que se dice joven ya no lo es tanto. Además, la coincidencia de edad con la anterior generación de “rebeldes” de los años 90. Cuando Mañas, Loriga o Echevarria iban a convertirse en el futuro literario de nuestro país, produce la sensación de que es más de lo mismo. Que se nos considere jóvenes a los que estamos apunto de atravesar de sobra la mitad de la vida, demuestra hasta que punto lo tienen difícil los escritores más jóvenes, que deben conformarse con auto-publicarse en su blog o llorar por las esquinas de las editoriales, esperando secretamente que los popes literarios vayan muriendo para dejarles sitio. En segundo lugar, los parámetros estéticos que engloban a la “nueva generación”, unos modelos artísticos que se parecen a los abanderados por la generación de los 90, son de lo más trasnochado. Los rasgos principales de los “nocilleros” son la experimentación, uso práctico de las nuevas tecnologías, el relato fragmentado, el micro relato y el zapeo literario.
Más de lo mismo, parece ser el lema de los “jóvenes” rebeldes. Poca literatura, ningún argumento, nada que aportar, envuelto todo por un velo de intelectualidad y rematado con un lazo comercial. Un paquete que tendremos que recibir en casa cada vez que veamos una tertulia literaria, busquemos novedades en Internet o abramos una revista sobre libros.

El deprimente panorama literario para los escritores españoles que no se ajusten a los perfiles comerciales, la estable somnolencia de las editoriales que prefieren apostar sobre seguro o traducir a chinos, afganos y todo bicho viviente que parezca exótico y la inconsistente “Generación Nocilla” vaticinan años de sequía literaria y para eso no vale embalses.

Mario Escobar

Interesante blog sobre la Generación Nocilla: http://generacionnocilla.blogspot.com/

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