Por Silvia Rodríguez Coladas
Existen muchas formas de dar a conocer el nacimiento de una nueva criatura en el mundo editorial, y ello depende también de a quien hayamos elegido, en ese momento, como destinatario de la feliz noticia.
Evidentemente, el receptor final deseado es el gran público: el lector habitual, el lector potencial e incluso el individuo que no lee apenas, y sobre el que queremos llamar la atención, albergando la esperanza de que, quizás esta nueva apuesta, sea lo suficientemente interesante para él y se decida por fin, a comenzar a leer.
Ciñéndonos a La Factoría de Ideas, editorial en la que actualmente desempeño mi trabajo, nuestro primer paso, es elaborar un boletín trimestral en papel, con toda la información de los lanzamientos editoriales en ese período de tiempo, que distribuimos a la prensa y a las librerías. En él anunciamos, con bastante antelación en algunos casos, la que será nuestra apuesta más importante durante esos tres meses, así como el resto de lanzamientos, que, sin restarles protagonismo, no sean quizás tan comerciales como el que destacamos.
Si nos referimos ya a un título concreto, damos noticia de su publicación, en la fase final de gestación y antes del nacimiento, o sea, cuando la imprenta tiene ya a su disposición las galeradas, corregidas y listas para transformarse en lo que llamamos “libro”. La imprenta nos proporciona una fecha de entrega, y más o menos un mes antes, damos el segundo paso que es el envío por e-mail a nuestros contactos de prensa, de un dossier, con todos los datos técnicos del libro, pequeña biografía del autor, y argumento de la novela.
La prensa será nuestra aliada clave para divulgar la noticia. Es obvio que ni los periódicos, ni las revistas, ni tampoco las agencias de información, se hacen eco de todo lo que se publica en España; si así fuera, las páginas de Cultura o las secciones de libros, se convertirían en listados de títulos, nada rentables para las cabeceras y sin ningún tipo de interés ni criterio. Es el periodista, el que, en su buen hacer, seleccionará lo que considere más interesante para la mayoría de su público, por la razón que sea. A veces, no por la calidad del libro en sí, sino por el interés mediático que suscita su autor o el tema sobre el que versa la obra. O incluso en escasas ocasiones, por su falta de calidad.
Por suerte, con la llegada de Internet y de sus numerosos portales especializados, tenemos a nuestra disposición, una utilísima herramienta, que ayuda a que llegue la noticia rápidamente a los más interesados en recibirla.
Y aquí sí que podemos decir que se publicita casi la totalidad de nuestro fondo, al ser la nuestra, una editorial especializada en distintos géneros. Las noticias referentes a una o a otra colección desembarcarán en un portal o en otro, según su temática, y esto nos resulta de gran ayuda porque sabemos, sin temor a equivocarnos mucho, que el usuario que está navegando por esos lares, tiene algún tipo de interés en lo que le estamos ofreciendo.
Así mismo, en nuestra página web, podrá saber cuáles son los próximos títulos que sacaremos a la luz, e incluso podrá pedir que se le avise cuando estén disponibles para su compra.
Volviendo a la prensa, a veces tenemos la suerte, de que nuestro colaborador reseña la noticia del nuevo libro, sin haber recibido un ejemplar ya que todavía no han salido de imprenta, bien porque ya conoce la obra, o al autor, o bien, porque lo juzga simplemente interesante.
En otros casos, en los que también nos podemos considerar unos privilegiados, por supuesto, nos piden un ejemplar, para tener la posibilidad, después de leído y analizado su contenido y si lo consideran conveniente, recomendar su lectura e incluso entrevistar al autor, cosa que siempre intentamos facilitar.
Una de nuestras máximas es esa, facilitar el trabajo. Por nimio que sea el interés de un periodista en un libro, ahí estaremos nosotros para proporcionarle toda la información que requiera, un ejemplar, el contacto con el autor... aunque algunas veces nunca llegue a convertirse en noticia, el hecho de su publicación. Al menos, hay que poner todos los medios posibles.
Tampoco tenemos que olvidar, si el autor es español, cosa rara en nuestra editorial que se dedica básicamente a literatura anglosajona, que también recurriremos a la presentación del libro en sociedad. Dicha presentación se anuncia a los distintos medios y es una ayuda más a la promoción del libro. Pero, ya digo, que en nuestro caso, es más anecdótico que habitual.
A veces, es el propio transcurrir del tiempo, un aniversario, el fallecimiento del autor, o el estreno de una película, las noticias que le dan un nuevo empuje al libro. Ahí entra en juego la suerte, y el saber aprovecharla es fundamental. Es una práctica que la mayoría de las editoriales utilizamos, algunas con una sorprendente rapidez, cuando la noticia procede de un acontecimiento absolutamente imprevisible.
Como ninguna cadena es más fuerte que el más débil de sus eslabones, no podemos descuidar en absoluto la distribución del libro. Si nos falla ésta, el libro perderá a muchos posibles propietarios, que al ir a preguntar a las librerías por el título que han visto recomendado en la prensa, si éste no está disponible, desistirán y se comprarán otro que, por el contrario, sí se encuentra en las estanterías y pueden adquirir inmediatamente. Vivimos en una sociedad en la que todo va muy rápido y las cosas las queremos al momento, y pasado ese momento, muchísimas veces, perdemos el interés en ellas.
Tampoco hay que olvidar, que no todo el mundo utiliza internet para sus transacciones, con lo cual no podrán adquirir el libro a través de este medio. Además en las grandes ciudades, el librero de toda la vida está desapareciendo, con lo cual tendemos a pensar, erróneamente en algunos casos, que una gran superficie no tendrá en cuenta nuestra petición para conseguir el ejemplar solicitado.
Por todo esto, también enviamos nuestras notas de prensa a los distribuidores, tanto de España, como de Latinoamérica, para que puedan decidir con tiempo, qué novelas les interesa elegir y colocar en las distintas librerías de su país.
Por último, el departamento de publicidad, ayuda con su pequeño presupuesto a la promoción del libro, con anuncios en medios literarios. La Factoría de Ideas, prefiere inclinar la balanza hacia el departamento de prensa, ya que la publicidad, todos sabemos que se paga, sin embargo, la recomendación de un periodista o colaborador, no se puede comprar, es más personal y llega de otra forma a la gente que confía en él y en su criterio.
Duro camino es la promoción de un libro, pero precisamente por eso, es un trabajo tan interesante y lleno de satisfacciones cuando sale bien.
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